Rodando para el desarrollo de la motricidad gruesa


Como dice el viejo refrán, tienes que caminar antes de poder correr. Y para los niños pequeños, eso es especialmente cierto. De hecho, la infancia se trata de construir cimientos, y en el desarrollo de la motricidad gruesa, este proceso va desde movimientos con todo el cuerpo que permite que con el tiempo los movimientos que se puedan realizar sean cada vez más precisos y delicados.

Conoce los 4 juegos para el desarrollo de la motricidad:

1. A rodar como un lápiz

¿Qué hacer?

Pregúntales a los niños si pueden rodar por el piso.

¿Por qué rodar así?

Este simple ejercicio le da a los niños la oportunidad “recordar” a sus músculos y cerebro las sensaciones de los movimientos que necesitarán para las actividades más avanzadas.

¿Qué se busca?

Al comienzo, los niños tienden a hacer rodar la mitad superior del cuerpo y luego voltear las piernas. Invítalos a  mantener sus cuerpos rectos como un lápiz con un grado moderado de control mientras ruedan. ¿Podrán hacer esto en ambas direcciones? Mantener el cuerpo lo más recto posible crea una experiencia equilibrada para el desarrollo del cuerpo y el cerebro.

 

Desarrollo motricidad rodar hombro con hombro

2. A rodar hombro con hombro

¿Qué hacer?

Si tienes más de un niño jugando, pídeles que se acuesten hombro con hombro y que elijan una dirección para rodar y lo hagan al mismo tiempo.

¿Por qué rodar así?

Dos cosas suceden cuando los niños intentan rodar coordinados:

  1. Cuanto más lento se ruede, más fácil es para el cerebro absorber y retener las sensaciones físicas del movimiento, que en este caso, ayuda a construir el equilibrio (sistema vestibular).
  2. Pedirle a dos o más preescolares traviesos que lo hagan juntos crea una dinámica lúdica para las habilidades sociales fundamentales, como la cooperación, la toma de decisiones, el apoyo y el estímulo a otros, y el aprendizaje para trabajar juntos. Si juegas con tu hijo, asegúrate de dejar que dirija la actividad para que esté “a cargo”.

¿Qué se busca?

Asegúrate que todos los niños realicen la actividad. A través de turnos puedes hacer que todos los niños sean los que “lideren” este juego.

3. A rodar con las manos ocupadas

¿Qué hacer?

Desafía a dos niños a recostarse en el piso, uno frente al otro con las cabezas juntas. Pídeles que levanten la mano y sujeten entre ambos un juguete blando o un trozo de tela, como un calcetín. Luego invítalos a  que rueden en la dirección que ellos decidan sin soltar el objeto.

¿Por qué rodar así?

Esto agrega un desafío adicional a la actividad

  1. Como se mencionó anteriormente, al rodar más lento mayor será la toma de conciencia de los músculos, la fuerza y el equilibrio.
  2. Hacer rodar el cuerpo usando solo los hombros, las caderas y las piernas requiere fortaleza, coordinación y concentración adicionales.
  3. Nuevamente, esta es una actividad cooperativa que ayuda a los niños a aprender cómo se siente ser parte de un equipo que trabaja para lograr un objetivo común.

¿Qué se busca?

Anímalos a que rueden juntos para que no se enreden o pierdan el control. Debido a que no se pueden ver, esta actividad requiere un esfuerzo mayor para pensar en lo que la otra persona está haciendo y trabajar en sincronía entre sí.

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4. A rodar para transportar objetos

Lo mejor es realizar esta actividad con tres o más niños, pero pueden hacerlo dos jugadores. Haz que todos los niños se acuesten uno junto al otro, hombro con hombro. Coloca un juguete liviano como un oso de peluche en el vientre del primer niño en la línea. Indícales que tienen que llevar el oso de peluche desde el primer niño hasta el último, rodando, y lo que es más importante, NO pueden usar sus manos. Haz que los niños rueden al mismo tiempo, ¡creando una cinta transportadora para mover el juguete de niño a niño!

¿Por qué rodar así?

Como un juego de grupo, esto crea:

  1. Responsabilidad compartida: todos los niños trabajan juntos, pero durante toda la actividad, cada uno tiene su turno como responsable de pasar el oso de peluche.
  2. Los juegos de grupos grandes hacen que los niños sientan un sentido de pertenencia, confianza y compromiso con el grupo.
  3. Trabajando juntos, los niños sienten una sensación de logro: “¡Lo logramos!

¿Qué se busca?

Enséñeles a mantener sus hombros juntos. No debe haber espacio entre los jugadores, por lo que los niños deben mirar a sus vecinos mientras ruedan. Empoderar a los niños al final de la línea para que sean los capitanes del equipo, ayudando a administrar el grupo y cambiar las instrucciones cuando sea necesario.

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